Nuestro nivel de vida actual suele implicar un tráfico intenso, la producción industrial a gran escala y el consumo de cantidades enormes de energía, y son precisamente estos factores las principales fuentes de la contaminación atmosférica. El tráfico es uno de los principales responsables. Los motores de los coches contaminan nuestro aire con óxidos de nitrógeno, monóxido de carbono, dióxido de azufre y partículas.
Usando la fuerza del sol
De forma similar a como funciona la fotosíntesis en las plantas, también en la fotocatálisis se inicia un proceso activo por la luz. Mientras que la fotosíntesis utiliza la luz solar para producir una sustancia (glucosa), la fotocatálisis descompone o convierte sustancias. El término fotocatálisis describe un principio de acción en el que una sustancia (= "catalizador") es estimulada por la luz (= "foto") para desencadenar o acelerar una reacción química sin consumirse en el proceso.
La fotocatálisis también puede utilizarse en los materiales de construcción. El pigmento fotocatalítico activo (= catalizador) puede incluso descomponer sustancias como los gases nocivos. Este proceso convierte los gases en pequeños componentes inocuos.
La fotocatálisis en pinturas
Los departamentos de Investigación y Desarrollo de los principales fabricantes llevan mucho tiempo trabajando en el reto de utilizar la fotocatálisis en las pinturas. La característica especial de la fotocatálisis es que ataca a las sustancias orgánicas, y no se detiene ante los ligantes orgánicos. Esto significa que el proceso fotocatalítico prácticamente autodestruye las pinturas al descomponer los ligantes en la superficie. Las consecuencias son el caleo y el envejecimiento prematuro, con la correspondiente reducción de la vida útil del revestimiento. En el caso de los ligantes inorgánicos de silicato, la situación es diferente, ya que el ligante no es atacado por el fotocatalizador.
Con KEIM Soldalit-ME hemos conseguido diseñar una solución de pintura duradera con propiedades autolimpiantes mejoradas, combinando un pigmento fotocatalítico con ligantes minerales.
Las pinturas minerales fotoactivas aportan un verdadero valor añadido en comparación con las pinturas orgánicas convencionales (por ejemplo, pinturas acrílicas o siliconadas):
Fachadas limpias
Una pintura de fachada de silicato fotocatalíticamente activa se vuelve hidrófila bajo la influencia de la luz.
La alta resistencia a la suciedad de las pinturas minerales fotocatalíticas se atribuye a tres factores principales.
Factor 1: Efecto de autolimpieza
Una superficie hidrófila refuerza la autolimpieza de superficies de fachada cuando se mojan por lluvia o rocío. Una pintura de silicato fotocatalítica se vuelve hidrófila bajo la influencia de la luz. El revestimiento reduce la tensión superficial del agua, lo que facilita el lavado de la suciedad.
Factor 2: Secado rápido
El agua se extiende como una fina película sobre la superficie. De esta forma, se amplía la superficie de evaporación y aumenta la velocidad de secado en comparación con una pintura hidrófuga. El proceso de secado es claramente más rápido en la superficie específica extremadamente grande de una pintura de silicato microporosa (en comparación con una pintura convencional). Y las superficies más secas no ofrecen buenas condiciones para el crecimiento de algas y hongos.
Factor 3: Antiestática y no termoplástica
Las pinturas de silicato son antiestáticas y no termoplásticas. Por ello, las partículas de suciedad no se adhieren bien a la superficie.
Aire limpio
Las pinturas minerales fotocatalíticas ayudan a descomponer los contaminantes atmosféricos. Las pinturas minerales fotocatalíticas en espacios exteriores contribuyen a la descomposición de los contaminantes atmosféricos como los óxidos de nitrógeno, los gases de efecto invernadero o las contaminaciones superficiales. No se reduce la durabilidad de la pintura con ligantes minerales.
Las pinturas fotoactivas descomponen muchos otros contaminantes además de los óxidos de nitrógeno, por ejemplo, el dióxido de azufre (SO2), el amoníaco (NH3), el monóxido de carbono (CO), los disolventes, el formaldehído o incluso las grasas y los ácidos.
