Pinturas sanas para la habitación de los niños
Los niños pasan la mayor parte de su tiempo libre en habitaciones. Los tóxicos de la pintura, el papel pintado, los muebles o los juguetes, pero también el moho o el humo de los cigarrillos, contribuyen a la contaminación del aire interior. Su efecto es especialmente peligroso para los niños, ya que reaccionan con mayor sensibilidad a los contaminantes. Esto puede suponer un riesgo importante para la salud de los niños, tanto pequeños como mayores.
Nuestras pinturas murales ecológicas de KEIM no contienen disolventes, plastificantes ni conservantes añadidos. Además, nuestras pinturas tienen un efecto natural adverso al moho, sin contener ingredientes nocivos que puedan emanar al aire de la habitación. Para una habitación infantil llena de color para sentirse bien, jugar y aprender. Nuestras pinturas de interior saludables están disponibles en blanco y en muchos tonos diferentes, desde el azul hasta el verde y el amarillo. Da rienda suelta a tus ideas a la hora de pintar la habitación de los niños con nuestra gran variedad de colores.
¿Qué colores se adaptan a las paredes de la habitación de tus hijos?
Los niños suelen tener un color favorito, que no tiene por qué ser el más adecuado para la habitación infantil. Básicamente, la habitación de los niños debe ser siempre un lugar que irradie paz y seguridad y ponga a tu hijo de buen humor. Por estas razones, la mayoría de la gente prefiere los colores claros, como los tonos pastel o azul claro. Los colores particularmente intensos son mucho menos populares.
Según los expertos, el color para las habitaciones infantiles no debe ser ni demasiado chillón ni demasiado triste. En función del sexo, la edad y el carácter del niño, se plantean diferentes colores para el diseño de las paredes de la habitación infantil.
Para los bebés y niños pequeños o muy activos, se recomiendan los colores que tienen un efecto calmante. Para las paredes son especialmente adecuados los tonos pastel discretos o los colores con una alta proporción de blanco, como los tonos verdes o beige suaves, los tonos azules claros o incluso un gris o rosa claro. Para ayudar a los niños pequeños a desconectar, deben evitarse en la medida de lo posible los colores fuertes y estimulantes, como el rojo, el naranja, el amarillo o el rosa, como colores de su habitación. De todos modos, los juguetes de los niños ya hacen que su habitación sea un lugar vivo y lleno de colorido.
Si los colores adecuados para los niños te parecen demasiado aburridos, puedes decorar las paredes con pegatinas o cuadros: no hay límites para tu creatividad. Los tonos más claros y tranquilos también son los más adecuados para el aprendizaje de los escolares. Estos pueden aumentar la capacidad de concentración y retrasar el cansancio cuando se trabaja. Sin embargo, un color más intenso en una pared concreta también puede tener un efecto positivo en los niños más tranquilos cuando hacen sus tareas.
Nuestro consejo: un bonito color naranja estimula la creatividad y anima a resolver tareas complicadas. El verde siempre tiene un efecto equilibrador y calmante, pero también puede estimular la vena creativa al mismo tiempo.