FOTOCATÁLISIS: PINTURAS CON VALOR AÑADIDO

Suciedad adherida a pinturas orgánicas muy hidrófugas

Limpieza muy duradera con pinturas minerales fotocatalíticas
Gracias a la combinación de pigmentos con efecto fotocatalítico y sistemas de ligantes minerales hemos podido desarrollar una solución que aúna durabilidad, autolimpieza y una contribución activa a la mejora de la calidad del aire.
Las pinturas minerales con efecto fotocatalítico ofrecen un valor añadido real frente a las pinturas con ligantes orgánicos (como las pinturas de dispersión o las pinturas siliconadas o siloxánicas).
¿QUÉ ES LA FOTOCATÁLISIS?
El agente fotocatalizador absorbe la energía de la luz, la transfiere a un compuesto reactivo y desencadena una reacción química por medio de la formación de radicales.
El dióxido de titanio, por ejemplo, es un fotocatalizador que desencadena la transformación de NOx (óxidos de nitrógeno) en nitrato mediante la acción de la luz.
El fotocatalizador no se consume durante la reacción fotocatalítica, por lo que el efecto perdura durante toda la vida útil de la pintura.
Las pinturas minerales fotocatalíticas ayudan en el exterior a degradar contaminantes atmosféricos como son los óxidos de nitrógeno, los gases de efecto invernadero o la suciedad superficial (véase la figura 2). Esto no disminuye la durabilidad de las pinturas con ligantes inorgánicos.
Las pinturas fotoactivas degradan, además de los óxidos de nitrógeno, otros muchos contaminantes, como son el óxido de azufre (SO2), el gas amoníaco (NH3), el monóxido de carbono (CO), disolventes, formaldehido y también diversas grasas y ácidos.
Las pinturas minerales fotocatalíticas crean fachadas de superficies limpias a largo plazo y ayudan eficazmente a mejorar la calidad del aire gracias al ligante mineral y a los pigmentos con efecto fotocatalítico.
Una superficie hidrófila favorece la autolimpieza de las fachadas después de entrar en contacto con la lluvia o la humedad del rocío. La pintura de fachadas de silicato con efecto fotocatalítico se vuelve hidrófila bajo los efectos de la luz {véase la figura 1}. La pintura reduce la tensión superficial del agua, lo que facilita el arrastre de la suciedad.
El agua se distribuye sobre la superficie en una capa muy fina. Dado que la superficie de evaporación es más amplia, la velocidad de secado es mayor que en el caso de las pinturas hidrófugas.
La superficie específica extremadamente grande de una pintura de silicato microporosa {en comparación con las pinturas de dispersión} incrementa a su vez notablemente la velocidad de secado. La superficie, más seca en general, no ofrece unas condiciones favorables para la proliferación de algas y hongos.

Las pinturas de silicato son antiestáticas y no termoplásticas. Por consiguiente, las partículas de suciedad no se pueden adherir con facilidad a la superficie.