EL SECTOR DE LA CONSTRUCCIÓN, EN EL CENTRO DE LA PROTECCIÓN DEL CLIMA
El cambio climático es el gran desafío global del siglo XXI. Sus consecuencias se sienten en todo el mundo: el aumento de las temperaturas, los fenómenos meteorológicos extremos, las inundaciones y los incendios forestales amenazan la salud, la vida y los hábitats. La escasez de agua va en aumento y se pierde biodiversidad, tanto en tierra como en el mar.
Proteger el clima exige una acción conjunta: desde los responsables políticos, que crean los marcos regulatorios, hasta las empresas y cada individuo. Aquí, las emisiones de CO₂ son un factor decisivo, y el sector de la construcción desempeña un papel fundamental. En Alemania, es responsable de alrededor del 40 % de todas las emisiones; según la Agencia Federal de Medio Ambiente, la cifra en el caso de los residuos supera incluso el 60 %.
La industria de la construcción, por tanto, soporta una gran responsabilidad y, al mismo tiempo, posee un enorme potencial. Mediante una edificación sostenible y el uso de materiales respetuosos con el clima, puede contribuir de forma decisiva a la reducción de los gases de efecto invernadero.
¿CÓMO PUEDE HACERSE LA CONSTRUCCIÓN MÁS RESPETUOSA CON EL CLIMA?
En construcción, la elección de los materiales desempeña un papel clave en las emisiones de CO₂. Ya durante la producción se puede ahorrar mucho, por ejemplo, utilizando menos materias primas vírgenes y recurriendo a energía renovable.
La composición de los productos también es importante: cuanto menos sustancias nocivas contengan, más respetuosos serán con el medio ambiente, tanto durante su uso como al final de su vida útil.
Otro factor decisivo es la durabilidad de los materiales de construcción. Los productos que duran muchos años reducen automáticamente la necesidad de nuevas materias primas y energía y, por tanto, disminuyen de forma permanente las emisiones.
HACIA LA NEUTRALIDAD CLIMÁTICA
Parte de la estrategia climática desarrollada por KEIM para alcanzar la neutralidad climática es un paquete de medidas a nivel de empresa y de producto. Estas medidas abarcan tanto la protección del clima como la adaptación a las consecuencias irreversibles del cambio climático.
EMISIONES DE GASES DE EFECTO INVERNADERO / HUELLA DE CARBONO
Las emisiones de gases de efecto invernadero generadas por las empresas se dividen en tres categorías:
- Alcance 1: emisiones causadas directamente por la empresa, p. ej., la propia flota de vehículos o el sistema de calefacción.
- Alcance 2: emisiones derivadas de la compra de energía, p. ej., electricidad.
- Alcance 3: emisiones que se producen a lo largo de toda la cadena de valor, pero no son generadas directamente por la empresa, p. ej., proveedores, gestión de residuos
En KEIM, esto significa en concreto:
- Se ha determinado la huella de carbono global, que incluye las emisiones de las categorías de alcance 1 a 3.
- KEIM ha establecido objetivos de reducción para los tres alcances.
- Como parte de la certificación Cradle to Cradle (C2C), más del 50 % de las emisiones de alcance 1 y 2 generadas durante la fabricación de nuestros productos se compensan mediante medidas (el 85 % de las ventas globales de pintura).
- En Alemania llevamos años utilizando exclusivamente electricidad verde certificada.
PROTECCIÓN DEL CLIMA / OPERACIÓN CLIMÁTICAMENTE NEUTRA
En Alemania, obtenemos el 100 % de nuestra electricidad de fuentes verdes certificadas. Ya cubrimos más de una cuarta parte de nuestras necesidades con instalaciones fotovoltaicas propias, y la tendencia es creciente. Compensamos las emisiones inevitables a través de proyectos reconocidos de protección del clima.
También adoptamos un enfoque respetuoso con el clima en la movilidad: aumentamos el uso del transporte ferroviario, evitamos el transporte aéreo siempre que es posible y vamos cambiando gradualmente nuestra flota a vehículos eléctricos.
En producción y logística, reducimos emisiones utilizando materias primas con baja huella de CO₂ y embalajes con alto contenido reciclado. Prestamos atención a la protección del clima desde el inicio de la cadena de valor: nuestros minerales proceden de yacimientos cercanos, lo que supone cortas las distancias de transporte. Asimismo, reforzamos una cadena de suministro respetuosa con el clima colaborando con socios regionales y manteniendo relaciones duraderas y a largo plazo con nuestros proveedores.
En términos de protección del clima, construir ahorrando recursos significa seleccionar conscientemente materiales duraderos, libres de contaminantes y reciclables. La conservación de recursos exige el uso más eficiente y prolongado de aquello que en su día se tomó de la naturaleza. Las pinturas minerales de KEIM aprovechan plenamente sus propiedades positivas en este sentido.
- La certificación Cradle to Cradle Certified® en Plata de 80 productos KEIM —más del 85 % de las ventas de pinturas KEIM— acredita su excelente perfil ecológico y su reciclabilidad. El Material Health Certificate en Oro confirma además la inocuidad de los componentes de nuestros productos.
- Otros reconocimientos, como natureplus, Ángel Azul (Blue Angel), apto para personas alérgicas y numerosas certificaciones específicas por país, subrayan la sostenibilidad de nuestros productos.
- Gracias a su base mineral y de materias primas naturales, las pinturas KEIM ya pueden proteger o mejorar la biosfera durante la fase de uso. Son extraordinariamente duraderas y aportan propiedades como la degradación de contaminantes del aire o la capacidad de difusión especialmente alta (transpirabilidad). Su máxima resistencia a la intemperie protege el soporte del edificio a largo plazo. En muchos países ofrecemos una garantía de color de 20 años para los “clásicos” de KEIM, y no es raro que las pinturas duren cien años. Esto se traduce en menos ciclos de renovación y, por tanto, en una larga vida útil de los edificios con ahorro de recursos.
- Gracias a la base de materias primas naturales y a su composición inocua, sin adición de disolventes, conservantes ni plastificantes, las pinturas KEIM no generan emisiones nocivas ni residuos contaminantes. Contribuyen así a la preservación de la biodiversidad. La eliminación de sustancias peligrosas, incluidos los biocidas, protege el agua como recurso valioso, especialmente en las cuencas del Danubio/Lech, para garantizar agua limpia a las personas y a todos los organismos. Como parte de la certificación C2C, 80 productos obtuvieron el nivel Oro en la categoría Water Stewardship.